lunes, 21 de febrero de 2011

Un pedacito de mundo




Tengo una amiga que escucha la música de Micah Hinson. Cuando me habla de su música dice no saber por qué la escucha, pero que cree que nadie en el mundo entero podría hacerlo mejor que el muchachito yanqui. Yo escuché alguna de sus canciones un par de veces y la verdad es que también terminó gustándome. Supongo que eso de los gustos musicales termina contagiándose como si fuera un virus o algo por el estilo. Lo importante de esto que cuento es que mi amiga, la chica que escucha a Hinson, un día descubrió que tenía súper poderes. Sí, así como se lee: súper poderes.

No es algo difícil de contar ni de entender tampoco. Fue un día normal cuando ella se dio cuenta de su don. Yo llegaba del trabajo y al pasar por el frente de su casa la vi sentada detrás de su computadora a través de los grandes ventanales del frente. Me parecía que algo enrarecía aquella visión y no estuve muy alejado en mi deducción. Estacioné el automóvil y toqué el timbre.

- Hola –me dijo ella con los ojos rojos y las mejillas llenas de lágrimas. No estoy llorando, no creas eso. Solo es emoción por haber descubierto que tengo un gran poder.
- ¿Poder? –pregunté estúpidamente.
- Sí. Tengo el poder de hacer las cosas por mí misma y ya no depender más de él.
- ¿Él?
- Sí, mi novio. No, novio no, ex novio.

Y ahí fue que empecé a comprender un poco mejor la cosa. Mi amiga acababa de dejarse con su novio y entre sus revueltos de conciencia aprendió que no dependía del todo de él, sino que tenía vida propia. De algún modo, creo que hasta un tanto metafórico, descubrió sus súper poderes ocultos.

- ¿Sabes? –me dijo- me doy cuenta que con las cosas chiquititas me ahogo. Pienso que desde que él no está no podré hacer nada. En cambio cuando pienso en cosas monstruosamente grandes saco valentía, se van las lágrimas y ya no me siento tan miserable. Pero creo que he descubierto mi fisura. Sí.
- ¿Y cuál es tú fisura?
- Que soy repetitiva.
- ¿Y eso?
- Sí, soy hija del rigor. Repito una y otra vez las mismas páginas de amor y desamor. Podría escribir una crónica con ellas. Y ahora me he dado cuenta que no aprendí nada. Nada de nada.

Cuando terminó de contarme aquello se dirigió al equipo de audio y puso una canción de Hinson, “The nothing”. Con el sonido del piano me sobrevino una profunda tristeza. Observé a los ojos a mi amiga y pensé en el amor y el desamor. Entonces imaginé que un pedacito de éste mundo podía ser distinto, y que tal vez ese capricho repetitivo del amor podría ya finalizar para ella y encontrar al hombre de su vida. Pero así son los caprichos, operan a su antojo. Cuando les da la gana. Nos sentamos en el sofá y mientras mi amiga acariciaba el lomo de su gata y miraba por la ventana yo escuchaba la canción de Hinson y admitía que el amor es un fanático de las reiteraciones.

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(Imagen: http://25.media.tumblr.com/tumblr_lgvqgcArE81qaobbko1_500.jpg )

3 comentarios:

  1. Y olé. Te quedó redondo.
    Te dejo sugus.

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  2. @PITUFINA:

    Sep, redondo ;)

    Gracias por el sugus :)

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  3. Un gran fanático! Y algunas personas suelen ser menos reiterativas que otras, o todo lo contrario. Cuando por fin se dan cuenta que hay vida más allá de ese otro ser, es entonces que son capaces de valerse por su cuenta.

    Creo que voy a dejarte más de un beso, porque como viene la cosa, pienso leerme lo que me he perdido en este tiempo.

    Beso :)

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