viernes, 8 de marzo de 2013

Hombres de Marte






- ¿Alguna vez pensaste en lo psicodélico de esta situación?

- ¡No!

- ¿No?

- ¡No!... ¡en absoluto!

 Un lunar. Un punto. Una rareza en medio de la nada, o mejor dicho, en medio de la vastedad de su piel.

-¡Bailemos!...

-¡Sí!...

Ella baila conmigo... ¿Dónde estoy?... ¿dónde estamos?


Ciudad. Noche urbana. Amo esa sensación. Luces de neón, marquesinas, calle, desconocidos caminantes, van, vienen, claroscuros, travestis, putas, mentirosos, niñas bien, entidades cambiadas, hipocresía, vulgaridad, sinceridad, temores, vulnerabilidad, cosas correctas, egos.

En medio de la noche urbana muchas manos se elevan, tocan las estrellas, admiran la espesura de la oscuridad, temen, ríen, se regocijan, anhelan, pecan, profundizan su agrado por vivir...
¡Desean!

- ¿Estás ahí?

- Sí.

- ¿Qué hacés?...

- Nada...

- Sabés que eso es ambigüo.

- Amo la ambigüedad.

 Ambigüedad: femenino. Posibilidad de que algo pueda entenderse de varios modos o de que admita distintas interpretaciones.


Dentro de esa sensación ella me toma de la mano. Caminamos juntos. Observo sus pies, sus zapatos, la moda, lo contemporáneo. Soy todopoderoso. Ella, una diosa... al menos para mí.


- ¿Estás ahí?

- ¡Sí!


Está ahí.
Apago la luz.
Enciendo el equipo de música. Una luz irrumpe desde los departamentos vecinos (alguien se levanta al baño, pienso).
La tomo por la cintura. Siento su ropa, su cuerpo. Está descalza. Bailamos.

Bailamos.

Subo el volúmen.
Escucho la letra, siento su cuerpo en contra del mío, cierro los ojos. Seguimos bailando...
Es una danza en la oscuridad.


- ¿Estás ahí?

- ¡Sí!

- ¡Abrázame más fuerte!


Estrecho el abrazo. Lo profundizo. Lo venero. Lo atesoro.
¿Alguna vez usted, lector, pensó en lo expresivo de un abrazo?


- Me quedo con vos. Es una noche mágica.

- Hay mil noches mágicas, “Hombre de Marte”.

- ¿”Hombre de Marte”?

- Sos mi “Hombre de Marte”, ¿lo sabías?

- ¡En absoluto! - Pues... deberías saberlo...

- ¿Porqué de “Marte”?

- No lo sé... Creo que imaginarte de un lugar inalcanzable te hace alcanzable...


Me mira. La miro.


- Ese lunar...

- ¡Es mío!

- Lo sé... solo que...

- ¡Solo que es mi secreto!

- ¿Secreto?

- ¡Claro!... Los secretos son armas letales... ¿lo sabías?


 No.


En medio de la espesura nocturna los besos se sienten conocidos, suaves, sensibles. Las armas letales aniquilan.

Me besa. Nos besamos. La noche agudiza.

Mi dedo índice recorre su columna vertebral. Está boca abajo. Siento su piel. En realidad su tibieza.


- ¿Me quieres?... ¿al menos un poco?


Desde un edificio vecino, suena una canción. “Friday I'm In Love”. Cierro los ojos.

Le respondo.


Nos silenciamos.







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(Imagen: http://image.librodearena.com/b/2/1387032/amor-oscuro[1].JPG)

2 comentarios:

  1. Me gusto.................Friday I'm in love :)

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  2. Sí, sé de la importancia de los abrazos.
    A algunos de ellos los he estrechado, profundizado, venerado, y gracias a que los atesoro, sigo viva.


    Me encantó. Sobre todo la riqueza verbal del silencio final.


    Un beso, Miguel.



    SIL

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