lunes, 1 de febrero de 2010

metamorfósis

- Discúlpame por llegar tarde, el tren venía atestado de gente y en los andenes era casi imposible transitar. Ya sé, te conozco, no es excusa, aunque preferiría que esta vez me creas. –dijo Eleonora al llegar al café de la calle Tobal al quinientos.

- Esta vez te creo. Sí –rió Nicolás- te creo, aunque vos no creas que yo te creo.

- Bueno, entonces me quedo por primera vez con un “te creo” de tú parte, Nico –y ella también echó a reír.

- ¿Cómo estás? Cuando escuché el mensaje en el contestador automático te noté bien, después de mucho tiempo, bien. Creo que pensé eso por tú tono de voz. Me sonó segura, como antes, así, como cuando estabas bien realmente.

- Estoy bien. Sí. Para eso te llamé, para contarte que por fin estoy bien, amiga.

- ¿Tema concluido?, ¿ya no más fantasmas ni pensamientos que merodean en las horas de madrugada? –dijo Eleonora de manera inquisidora.

- Ya nada de eso. Ahora todo pertenece al olvido.

- ¿Olvido?

- Sí, al olvido. Digamos que soy un hombre que logró agacharse y trazar una línea en el suelo, la cual logra separar el camino viejo del nuevo. Ambos sabemos que no fue fácil, eres mi mejor amiga y me conoces a la perfección, y por ello hoy puedo decirte que todo acabó.

- Olvido. Nicolás, esa palabra me causa tanta rareza al escucharla ¿Qué es el olvido?, ¿realmente piensas que la gente olvida, que uno mismo olvida? Yo más bien creo que el olvido es esculpir parte de nuestra memoria dando así un toque nuevo a algo que si no lo disfrazamos, o no lo esculpimos un poco, nos seguirá lastimando. Yo no podría olvidar parte de mi vida, aún en épocas donde sufrí. La gente tiene tendencia a querer olvidar los momentos de su vida que transitó al lado de alguien que ya no está a su lado y le causó dolor o desamor. Genera oasis y desiertos. Un oasis por allá sería un puñado de recuerdos felices, un amplio desierto por acá sería un enorme párrafo de la vida de uno borrado a propósito por el solo hecho de no admitir determinados efectos colaterales del amar.

- …

- No te quedes en silencio, Nicolás. Discúlpame si soy bocona como siempre, pero no creo en el olvido. Creo en la aceptación, en la madurez y en recordar los momentos vividos con una sonrisa o seriedad, pero siempre con un pensamiento de afrontar el crecimiento con sus acciones colaterales.

- No, está bien –dijo Nicolás- solo pensaba en eso del olvido. Puede que tengas razón. He intentado guardar todo el polvo debajo de la alfombra durante mucho tiempo. Y lo había logrado hasta que te sentaste ahora en frente mío. Me conoces demasiado bien amiga.

- Es que te quiero –comentó Eleonora con una amplia sonrisa que iluminó su rostro. Detrás, a lo lejos, fuera del café, los trenes seguían arribando a la estación.

- Ahora que te puedo mirar a los ojos caigo en la cuenta, querida amiga, que he puesto a la sombra cosas que aún me hieren. Olvido no es la palabra adecuada para mi momento de vida, creo que aceptación sería la indicada.

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9 comentarios:

  1. ACEPTACION: La clave de toda vida felíz.
    Besos!!!

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  2. @SILVIA:

    Y es tan difícil llegar a interpretar y entender esa "aceptación". Uno comete tantos errores antes. Deja que la ira, la bronca, el rencor, y todo ese tipo de sentimiento negativo haga de las suyas antes de usar la aceptación que cuando nos damos cuenta ya tenemos demasiadas heridas y cicatrices en nuestro interior.

    Besos para vos Silvia.

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  3. Aceptar es la palabra del diccionario más difícil de usar. Últimamente el olvido y la aceptación me han estado golpeando la puerta. Exigen una solución, un poco de luz entre tanto desorden... sin embargo, no puedo equilibrarlos para que dejen de llamar, cuesta.

    Siempre dije que no se puede olvidar, es imposible. Como bien explicó Eleonora podemos esculpir o disfrazar, incluso moldear (que para el caso es lo mismo). Pero borrar recuerdos es algo que está fuera de nuestras propias limitaciones como seres humanos. Creo que por más daño, dolor o sufirimiento que el hecho nos rememore, debemos seguir porque así es la vida. Si no nos golpeamos no sabemos que es el dolor... no aprendemos nada.

    Hoy tocaste una de las fibras más latentes de mi interior con este escrito.

    Besos

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  4. @FLOR S:

    Sin embargo creemos que olvidamos. Solo cuando transitamos algún momento de nuestra vida en el cual viejos recuerdos vuelven nos damos cuenta que es una mentira, no se olvida, se esconde o se pone en letargo todo aquello que vivimos.

    Anoche, mientras elongaba después de mi corrida diaria por la plaza, una chica adolescente le contaba a sus dos amigos algo que me llamó la atención. Estaban los tres en el suelo, cada uno tenía su skate, y mientras descansaban con la tabla debajo de sus brazos ella les hablaba. El tema era la memoria y las cosas que nos parecían olvidar. Me llamó la atención pues solo era una chica de no más de dieciocho años; sin embargo la explicación que les dio a sus amigos era bastante compleja y simple a la vez. Decía que la memoria tiene capas, que cuando pensamos que hemos olvidado las cosas estamos mintiéndonos por ignorancia y que solo se han depositado en una zona sin uso de nuestra memoria, que ante hechos que activen esa zona como sorpresas, sustos, el alcohol, o alguna desgracia, los recuerdos que ahí descansan pueden volver a activarse. Me pareció una explicación simple y muy real. Algo así como a oásis en medio de distintos desiertos. Los oásis son los recuerdos y los desiertos las zonas muertas de nuestra memoria.

    Me alegra que este texto te haya gustado.

    Beso.

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  5. El olvido es parte de ese remolino, que sin permiso se presenta, es parte de esa memoria sin olvido.

    De dos, deberíamos de hablar de todos, de esa subsistencia en que todos nos necesitamos, digo.

    Un abrazo grande, Miguel.

    Monique.

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  6. @MONIQUE:

    Me alegra verte por mi blog. Hablando del escrito y del comentario tuyo supongo que sí, que la cosa es como un remolino. Últimamente en ambos blogs me da por escribir toda esta temática de parejas desparejas. No sé, tal vez sean épocas.

    Un abrazo para vos y espero sigas bien. ;)

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  7. bello relato...
    bellas letras!
    un gusto descubrirlas :)

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  8. @CARINA FELICE:

    Bienvenida a mi blog.

    Gracias por tus palabras y cuando quieras, pasá y leé.

    :)

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  9. El olvido sólo sucede con el tiempo y cuando llega no nos damos cuenta de que hemos olvidado... no podemos olvidadr a nuestro antojo... hay cosas que jamás se olvidan... sólo podemos aceptarlas...
    Muy buen relato...

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