miércoles, 29 de abril de 2009

naranjas de abril (2)






2.


"Te he dado todo lo que un muchacho podría dar
Llevo mis lágrimas y eso no es casi todo
Amor corrompido
Amor corrompido"

Tainted Love - Marilyn Mason



Ese abril se fue y con él se llevó muchos recuerdos que desde siempre atesoré. La cosecha de naranjas había terminado y con mi abuelo y mi padre debíamos partir rumbo a otro lugar. La última vez que estuve con Josefa fue uno de los momentos más difíciles de mi vida, de esos que te tatúan debajo de la piel casi llegándote al alma, y no con tinta sino con recuerdos. Una mañana de mediados de mayo nos levantamos para marcharnos, todo estaba listo, era hora. Estaba nublado y a punto de llover. El otoño ya estaba muy presente y preparaba a la naturaleza para recibir a un invierno que se avecinaba crudo y solitario. En las cabañas no había quedado nadie, todos los obreros que levantaban la cosecha de naranjas habían partido y solo quedábamos nosotros tres y ella. Mi padre estacionó la camioneta en la entrada del casco de la estancia y me hizo señas para que bajara a despedirme. Siempre sentí que mi padre fue mi cómplice en todo aquello. Lo hacía de manera imperceptible, sin decir palabra alguna, tan solo con miradas, gestos y muecas de sonrisas, él percibía todo lo que me pasaba por dentro. Ahora, a mis casi cincuenta años mientras escribo estas memorias, creo que mi padre me expuso a los embates del amor. Dejó que mi corazón vibrara, se emocionara, gozara y a su vez sufriera. Dejó que la primera lección amorosa de mi vida me llegara en silencio pero bajo su supervisión silenciosa. No lo culpé nunca de nada, más bien siempre estuvo implícito un agradecimiento en cada una de nuestras sonrisas y en cada uno de nuestros momentos de intimidad que se dieron con el pasar de los años.

Josefa estaba parada en la puerta con su batón de algodón blanco y encaje. Su pelo lacio y de puntas onduladas jugaba con el viento fresco que anunciaba una de las últimas tormentas otoñales. Sus ojos brillaban como siempre lo hacían y su piel mostraba esa suavidad envidiable que tanto me cautivaba. Nuestro amor estaba a punto de corromperse, eso presentí. Caminé hacia ella apretando mis puños, intentando calmar mi corazón, serenándome para que mis pulsaciones fueran menos y conteniendo el aliento para no llorar. Tenía ganas de llorar. Esos metros hasta el zaguán de la casa fueron eternos, larguísimos.
Al llegar nos miramos en silencio por un instante. Entonces una lágrima descendió lentamente por su pómulo y se depositó en la comisura de sus labios. Otra más la siguió y así se sucedieron hasta parecer un arroyo que brotaba de sus entrañas. Tampoco pude contenerme. Sin quitar mi mirada de la suya mis lágrimas partieron en una carrera alocada y mis pómulos se enfriaron con el viento frío de la tormenta que ya nos envolvía. Las primeras gotas comenzaron a caer y un viento helado y cargado de tierra se desató sin vergüenza alguna. A los lejos mi padre hacía sonar la bocina de la camioneta, pero para mí era como un sonido más de todos aquellos que flotaban en el ambiente, tan solo lo ignoré. No podía mover un solo músculo, ni decir palabra alguna, tan solo podía mirarla a los ojos y llorar. Tan solo llorar. Como un cretino debía alejarme de ella, hacer un nudo mi músculo sagrado y corromper aquel amor tan fugaz y poderoso. No tuve elección, en ese instante pensé que sería lo menos doloroso. ¡Qué muchacho incrédulo!

El aguacero se largó sin clemencia. Entonces ella bajó los tres escalones que nos separaban y parada delante de mí me dijo te amo. Sonreí como pude. Mis manos se abrieron. Sentí vida correr por mi cuerpo. La tomé por la cintura, clavé mis manos en ella y la besé hasta casi dejarla sin aire. En ese instante mil cosas cruzaron por mi cabeza, mil, juro que mil. Nunca olvidaré aquel beso, ni su sabor, ni el olor a lluvia rodeándonos. Ambos empapados y fusionados en una completa unicidad.

- ¿Volverás algún día? -me dijo de manera muy triste.
- Claro, seguro que lo haré. Pero tú no me esperes, haz tú vida, eres bella y libre y no puedes aferrarte a mí. Mírame, tan solo soy un muchacho que comienza a vivir la vida y tú una hermosa e increíble mujer que puede ser feliz con cualquier hombre. Que el amor que ahora nos tenemos no te tienda trampas. Piensa. Analiza. Y si lo consideras apropiado, entonces déjame ir de adentro tuyo para siempre. ¿Lo entiendes?...
- Sí, claro que lo entiendo, pero no me pidas que lo internalice y lo comprenda en profundidad en este instante. Tan solo sé que te amo y eso no puedo quitarlo como si fuese un quiste de mi interior -me dijo llorando.

Sin poder hablar más asentí con mi cabeza y apoyé la suya en mi pecho. En ese instante sentí la bocina de la camioneta de mi padre con mucho énfasis y supe que debía irme. Corrí y monté sobre la camioneta de un brinco, sin mirar atrás, sintiéndome un verdadero canalla y cobarde. Ya sobre la ruta veía como el horizonte se engullía la estancia. Allí quedaba Josefa y uno de los momentos que marcaría mi vida de manera profunda sin que yo lo supiera. El aguacero seguía sin parar. Mi padre me había hecho señas de entrar a la cabina pero yo negué con mi cabeza, quería que aquella lluvia me librara de culpa y me hiciese sentir que la elección que había tomado era la correcta y no un triste error. Abril había quedado borroso al igual que la estancia y Josefa bajo la lluvia. Ahora, en el nuevo horizonte, se avecinaban nuevas vivencias para mí, nuevos rumbos, nuevas personas tal vez, pero dentro de mi corazón, en esos recovecos que él posee, yo sentí que la esencia de Josefa había quedado atrapada y por más que navegase tempestades en el mar de mi vida nada la haría salir de allí, a lo mucho naufragaría conmigo.

De alguna forma yo había logrado corromper aquel amor. Lo hice. Durante mucho tiempo me lo recriminaría y aún hoy sus coletazos se balancean por mis venas, atraviesa mi corazón y bombea pensamientos de culpabilidad en el centro de mi mente.
Fue necesario. Ese pensamiento era el antídoto al envenenamiento inevitable de mi espíritu.

14 comentarios:

  1. Cuando el amor llega asi de esa manera...
    Que historia!Casi adoro a tu padre!! tu amigo tu mentor..
    Una triste pero linda historia de amor!! Me emocionas y me conmueves.. Quien alguna vez no ha sufrido por algo parecido??..
    Sigo aqui calladita recordando cada linea de tu vida...

    Espero que te encuentres bien.
    Abrazos..

    ResponderEliminar
  2. Pierina en realidad me ha gustado escribir esta historia. Muchas veces cuando escribo termino haciéndolo un tanto triste y no sé porqué. Tal vez sea porque inconscientemente estoy predestinado a escribir así, no sé.

    Quería aclararte a tí y a otros lectores que más allá de hablar en primera persona en mis relatos el personaje nunca soy yo. Son personajes imaginarios. En esta historia, como en todas las de este blog, el personaje jamás soy yo. No podría escribir sobre mí. Más allá que cuando el escritor escribe impregna un poco de sí mismo sus escritos dista mucho de ser historia de mi propia vida.

    Gracias por comentar.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. ¿Cómo lo haces???

    La primera vez que aparecistes por mi blog digiste que era "una buena manera de encontrar una musa inspiradora" y no supe a que te referías. Pero al leerte veo como "casualmente" en tus historias aparecen temas o detalles que rondan en mi cabeza desde hace tiempo: el Oasis, un viejo amor, los pensamientos de los demás... Y todo ello, de algún modo remueve mi inspiración.

    Aunque en mi caso, todo son hechos reales y por ello se me hace más difícil lanzarme a escribir.

    ...Quizás esta "casualidad" me sirva para intentar hacer como tú, y relatar desde la distancia o a través de la ficción.

    ResponderEliminar
  4. Literato amigo.

    Veo cambios de imágen en tu blog, bien por ello. Los cambios que suman y construyen siempre son muy buenos.
    Te vi andando por mis álbumes web de picasa, gracias por llegarte allá, siempre sos bienvenido. Ahí te dejé dicho que ese no era mi país sino el país que limita al norte con el mío je je je.
    Que pena que hayas visto el mar tan solo una vez, aquí en mi país tengo mar al este, oeste y sur, y me quedan todas las playas relativamente bien cerca. Justo el fin de semana iré para allá.

    Me gustó tu post, insisto que hablas de naranjas y a mí se me hace agua la boca... me imaginé y seguí en la imaginación todo el relato.

    Cuidate mucho, besos y abrazos. Te envío brisa marina, sol y arena de mar.

    ResponderEliminar
  5. Guauuu genial entrada a este blog! Aún no te he leído pero la estética y la música me atraparon. Me quedo por aqui!

    Muy bueno, ahora me voy a leer, vuelvo en un rato!
    Te felicito, lográs un clima impactante.

    Magah

    ResponderEliminar
  6. SO:

    ¿Cómo lo hago?
    No sé.
    Bah, en realidad sí lo sé.
    Leo mucho. Miro mucho. Observo mucho. Imagino mucho. Escucho mucho. Charlo mucho. Me intereso mucho. Obtengo mucho feedback de personas que se cruzan por mi vida personal. Deliro mucho. Analizo mucho. Y por sobre todas las cosas mi mente es una máquina constante de pensar, desde niño.

    Cuando hablo de musas hablo de algo que presione la perilla de ON. Si no me enciendo no escribo. Pueden flotarme ideas, puedo tener mil cosas por las cuales escribir pero necesito el combustible porque si no lo tengo cumplo a rajatablas el síndrome de la hoja en blanco del escritor.

    Inténtalo, seguramente vos también podrás.

    Eso sí, no puedo explicarte como las palabras brotan de la punta de mis dedos para crear la narrativa, eso está en mi cabeza y en mis manos. Las ideas andan dando vueltas, pero saber escribirlas es otro cantar. Tan solo me pasa y punto.

    Gracias por siempre darte una vuelta por mi blog.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Natalia:

    Sí, la estética es parte de lo que me gusta, tanto en la vida real como en lo digital. Siempre estoy cambiando algo, considero que es como una renovación, un aire puro al blog y a los sentidos del lector.

    Estuve en tú blog y vi que tenías un enlace a albumes de Picasa y me mandé. Vi las fotografías bellas de un país bañado por el mar y la verdad que me encantaron. Pensé que era tú Costa Rica pero me equivoqué. No obstante es bellísimo.

    Sí, conocí el mar a mis 33 años. Y lo vi durante diez días seguidos y no más. Fue en Camboriú, Brasil.

    Me alegro que mi post te haya gustado. Aún queda una entrega más y un final abierto y no tan feliz, pero final al fin.

    GRacias por siempre pasar a leer este blog.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Magah:

    Bienvenida al blog y que bueno que el conjunto de estética y música te hayan atrapado. Aunque prefiero que mis escritos lo hagan más jajaja.

    Gracias por tú buena onda y pasá cuando quieras a leer y estar un rato por aquí.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Hola Literato...

    Llegue aqui persiguiendo tus huellas que dejaste en mi blog...Que te puedo decir, tus letras me atraparon como redes que se tejieron para atrapar a un alma que gusta de las historias de amor, de melancolias, de otoños, de lluvias, de olor a tierra...

    Gracias por dejarme ese rastro de ti, porque el venir a conocerte a sido un buen comienzo de día, como cuando eres niño y descubres que tienes un nuevo tesoro entre tus cosas.

    Saludos, Pau.

    ResponderEliminar
  10. Paulina:

    Un gusto que te pasees por mi casa. Tenés que hacer de cuenta que estás en una biblioteca de un aficionado, mis textos intentan ser esbozo de escritor para atrapar los sentidos de las personas que los leen.

    Así como a vos te gusta dibujar y pintar a mí me gusta escribir. Soy admirador de tus dibujos porque tiene calidez y dulzura y eso es algo difícil de expresar.

    ¿algún día me responderás porqué cierran un ojo tus dibujos?

    Saludos.

    ResponderEliminar
  11. WOW.... que manera de finalizar!, EXCELENTE.

    ResponderEliminar
  12. El amor y sus despedidas tristes.

    Hay cambio de plantilla ello me tiene un poco perdida. Es linda.

    Sigo leyendo.

    ResponderEliminar
  13. Carolina:

    Cada uno de los cuatro capítulos en los que dividí esta saga, por así decirlo, tiene un final distinto y llamativo. Sí, los finales imprevistos son los que a mí más me gustan.

    Que bueno que te haya gustado a vos también.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  14. Cecy:

    El amor es así. Parte de sus consecuencias son las despedidas tristes, las lágrimas y el desencanto. No creo que existan muchos finales de amor a toda fiesta; sin embargo en vez de estar preparados siempre nos pasa lo mismo: terminamos sufriendo.

    Sí, los cambios de plantilla son algo que suelo hacer a menudo. Revitalizan el blog, mantienen al lector atrapado y da energía. Ya te acostumbrarás.

    Saludos.

    ResponderEliminar