Había una particularidad en ella que nunca pude definir, pero sabía que existía y que eso mismo la hizo especial. Desde el primer día que la vi siempre he sentido esa sensación que me atrapaba por completo y me dejaba irremediablemente vulnerable a su feminidad. Hay momentos que pienso si ella se percataba de mi presencia. Creo que no. Tan solo creo que ella vivía en mí de una manera excepcional y sin saberlo, ignorando completamente que un hombre anónimo la idolatraba en pensamientos. Yo le daba vida, alimentaba su figura dentro de mí y generaba a ese ser femenino que tomaba todos mis sentidos como un ramillete florido.
La conocí el primer mes que comencé mi nuevo empleo. Por aquel entonces trabajaba en una panadería haciendo el turno de la noche. Cada vez que salía de mi trabajo y me dirigía a la parada de ómnibus ella estaba ahí. Parada, seria, mirando al infinito, muchas veces inmutable. Tez morena, pelo lacio y largo, un rostro pequeño y de facciones marcadas y sus bellas curvas que logran percibirse más allá de lo que vestía. Siempre que la veía era de noche, pero alocadamente todo parecía aclararse cuando ella aparecía, así, como durante el día, y eso que nunca la había visto a la luz del sol. Tal vez era porque justo el momento en que coincidíamos en aquel punto de la Tierra y en aquella hora del tiempo era siempre la noche. Pero nunca me importó eso, al contrario, noche tras noche caminaba a la parada de ómnibus con la misma esperanza de encontrarla y que en algún instante ella se percate de mi presencia. ¿Porque será que hay seres humanos que nunca se percatan de que existimos?, eso mismo me pregunto siempre y más desde que la conocí.
Una noche llegué a la parada y ella estaba con un hombre de mi misma edad. Se besaban dulcemente. Mi primera reacción fue un fuerte dolor en el pecho, una angustia tremenda que me corrió por dentro y que a continuación me empañó los ojos. Disimulé, había gente esperando el ómnibus y no quería que se me viese flaquear y más sin sentido alguno. Dirigí mi mirada a cualquier parte, pero inevitablemente mis ojos caían posados sobre aquella pareja que parecía tan enamorada. Seguían besándose suavemente y se miraban como fundiéndose el uno al otro en un solo núcleo intenso. Por un instante me olvidé del mundo y me complementé con aquellos enamorados viviendo una vida en rosa. Increíblemente no deseé ser él, deseaba ser yo mismo besando los labios de ella; pero eso no podía ser, sus labios pertenecían a él. No era algo que yo pudiera decidir y es que muchas veces en la vida las cosas no son como uno quiere que sean; tal vez más de las que realmente deberían ser. Llegó el ómnibus, subieron y se alejaron sin dejar su unicidad. Yo no subí. Me quedé solo en la parada observando el cielo y conteniendo lágrimas que se apelotonaban en mis ojos para salir despedidas como una jauría de perros por mis mejillas. Una hermosa luna blanca y gorda estaba plantada altivamente en el cielo. Destellos plateados bañaban todo y ese resplandor blanquecino hacía parecer todo más bello, como si nada anormal pasara en el mundo y todo lo que yo sentía solo fuera producto de mi imaginación. La luna me sacó de mi agonía. Subí el cierre de mi campera y me quedé contemplándola. Hacía frío ya. Era fines de otoño y las noches ya comenzaban a ser frías. El aire era espléndidamente frío, me penetraba las fosas nasales y recorría mis pulmones irradiando vida, susurrándome que no fuera tonto, que yo era un hombre valioso para ponerme mal por un amor imaginario, tan poco tangible. Pensé que eran susurros mentirosos, tal como los piensan todos aquellos que tienen el corazón roto, y entonces seguí mirando la luna pero ensimismado en mis pensamientos de desamor.
Faltaba poco para que el próximo ómnibus llegase y me condujera a casa. En ese ínterin una chica estudiante llegó a la parada apareciendo de la nada. Al verme me sonrió.
- ¿Hace mucho tiempo esperas? –me preguntó con una voz tan suave y tan dulce que sonreí apenas la escuché.
- Un rato, sí, pero ya está al venir el próximo. Perdí el anterior pero lo he visto pasar.
- ¡Ah!, ¡Qué bueno! Porque hace frío esta noche, ¿no te parece?
- Sí, y mucho, creo que más de lo que uno espera –dije con una mirada perdida en sus ojos y mis pensamientos puestos en mi desamor.
La luna seguía gorda y risueña en el cielo. Alguna que otra nube pasaba cerca de ella sin poder taparla, estaba obesa de luz y tal vez de muchos cúpidos dentro de ella, de los cuales ninguno era para mí –eso pensé.
El ómnibus llegó. La chica estudiante subió y luego lo hice yo. Ella se sentó al fondo y yo hice lo mismo aunque el ómnibus iba vacío. El traqueteo del vehículo hacía parecer la noche más solitaria aún. Me preguntaba que estarían haciendo aquellos dos amantes. ¿Ella lo estaría besando como yo me imaginaba me besaría a mí? ¡Tonto!, eso mismo me dije en ese instante. Ridículamente tonto. Yo aún seguía pensando en aquella mujer a la cual jamás crucé una palabra y ni siquiera me había dignado a saludar. Pero así somos los humanos, muchas veces nos enfrascamos en fantasías que se vuelven terriblemente utópicas. Eso había hecho yo con ella.
- Pareces un hombre muy serio –me dijo la chica estudiante alejándome de mi remolino de pensamientos.
- ¿Perdona?, ¿me hablas a mí? –dije mirándola.
- ¡Claro!, ¿a quién más?, si vamos nosotros dos solos en este ómnibus… ¿o no te has dado cuenta aún? –me dijo sonriente.
- Sí. Tienes razón. Aunque no soy serio, tan solo esta noche estoy así y por cosas que pienso, nada en especial.
- Sí, te entiendo a la perfección. Pero lo mismo me pareces un hombre serio.
- No, no lo soy. Tan solo me he quedado serio al pensar en cosas que me pasan mientras miro la luna.
- O sea que la culpable de todo es la luna, ella es la que te aclara los pensamientos, o bien te los enturbia, y ellos te ponen serio, ¿no es así? –me dijo riéndose.
- Algo así.
- Pues entonces dispárale a la luna. Mátala. Hazla irse de una vez y tal vez así los bonitos pensamientos se asomen –me dijo riéndose y haciéndome morisquetas. Me hizo reír, me sentí feliz en aquel momento.
- Tal vez tengas razón, debería dispararle. Debería…
Medianoche en la ciudad, poca gente en las calles y un ómnibus solitario recorriéndola. Dentro, dos personas y el chofer. Una luna gorda como cómplice se mostraba distendida en el cielo, ya no había más nubes que la molestaran, ahora todo el cielo era para ella. Mis pensamientos se acomodaron de pronto. La chica estudiante me miraba con una sonrisa pícara de vez en cuando y yo devolvía su sonrisa con otra. Pensé en aquella situación que se estaba dando, en cómo hay personas que te hacen olvidar de otras personas y todas mostrándose bajo una misma luna. A pocas cuadras del centro el ómnibus se detuvo y la chica bajó. Me hizo un gesto de salutación con su mano y dejó una sonrisa flotando dentro del vehículo. A través de la ventanilla la vi alejarse con sus libros bajo el brazo y su trenza bamboleándose en zigzag. Eché un vistazo a la luna por última vez. La vi perezosa y con un punto negro en su superficie. Me imaginé que era el orificio por donde se estaba desangrando, el orificio por donde mi bala de plata le había entrado y por donde ella, ya moribunda, había dejado de influenciar mis pensamientos. Apoyé mi cabeza contra el vidrio de la ventanilla y cerré mis ojos. Aún faltaba un largo camino para llegar a casa, aún no terminaba ese día de mi vida pero ya era suficiente, ahora debía yo mismo influenciar, pero no mis pensamientos, sino mis sueños.
Nas!!
ResponderEliminarSentí ganas de salir a la calle y dispararle a la luna, con éso te digo todo ^^
Pero bueno, es que el atreverse a hablar lo es todo, el actuar y no dejar que la vida pase a nuestro lado sin que hagamos nada al respecto.
Como dice el personaje, "muchas veces nos enfrascamos en fantasías que se vuelven terriblemente utópicas" y no es justo para nosotros ni para todo lo que nos perdemos...
En fin, bello relato, me supongo que habrá continuación... ¿¿??
Nos estaremos leyendo de cualquier forma, hasta entonces...
"- ¿Hace mucho tiempo esperas? (...)
ResponderEliminar- Un rato, sí, pero ya está al venir el próximo. Perdí el anterior pero lo he visto pasar."
Así son las relaciones muchas veces. Queremos subirnos al ómnibus equivocado y no tenemos idea de que va a llegar otra oportunidad que siempre es mejor que la anterior.
Muy lindo cuento.
"ignorando completamente que un hombre anónimo la idolatraba en pensamientos"
ResponderEliminarCuantas veces nos hacemos ciegas a lo que tenemos en frente y lentemente lo dejamos ir...
Si Liter@to no tenés idea lo que sufrido estos quince días sin escribir no sé porque razón no podía entrar a mi cuenta de blog pero volví con más sentimientos que siempre Besos...
Me ha gustado mucho, sobre todo lo que inspira esos momentos y lo que dispara nuestra cabeza, que se hace por segundos extensos sentimientos.
ResponderEliminarApoyado en el vidrio, el camino es largo y puede haber tantas noches..
Un placer leerte como siempre.
Besos.
gracias por tus palabras y por el link!
ResponderEliminarya me tomaré tiempo para leerte!
saludos!
hay tantas frases bonitas.. reales..
ResponderEliminares una historia fantastica..
me encanto..
[y si, hay hechos que, de tanto en tanto, son dueños de la magia de cambiarnos el curso..]
Porque descargar el dolor de un amor no correspondido con la luna?? Si ella solo sabe cumplir su funcion, la de acompañar a los desamparados nocturnos (sea cual sea el motivo de su desamparo).
ResponderEliminarPobre luna, muchas veces personificada como la malvada de la historia. Y solo sabe ser luna: "clara, blanca, gorda, emanadora de destellos plateados, risueña, obesa de luz..."...Pero solo sabe ser luna...
Mas alla de mi defensa indeclinable hacia la luna, una vez mas me saco el sombrero. Y con un rapido movimiento de manos, aplaudo tus palabras!!!!
EXCELENTE!!!!! (como siempre....)
Besos!!!!
Gracias por tus palabras de animo...
KYARA_ATHENA,:
ResponderEliminarCreo que hay un momento donde la vida nos cachetea para que reaccionemos. No sé si uno o varios de esos momentos. Cuando eso pasa hay que hacerle caso porque sino se viene más dura la cosa. Creo que eso mismo recibió este personaje después de que su espejismo con la chica de sus sueños se le desvaneció frente a sus ojos.
Todos, y digo todos porque creo que es así, nos enfrascamos en fantasías que muchas veces se vuelven utópicas y esto es hablando de amor.
La verdad que no tengo intenciones de una continuación, no sé, no he escrito más nada para el blog; pero quien te dice que la musa viene por el lado de una continuación, no sé.
Saludos.
Nos leemos, claro.
LUCY IN THE SKY, Es que eso mismo pasa con todo. Si te ponés a analizar pasa con el trabajo, con el amor, con los amigos, con todo. Nada nos dice cuando algo fallará y ahí consiste en la gracia del aprendizaje de esta vida. Anoche pensaba que si supiéramos quien será nuestra esposa o esposo o bien madre o padre de nuestros hijos sería doloroso y hasta desastrozo para quienes lleguen a nuestra vida antes que ellos, ¿no te parece?
Invisiblemente creo que la vida es justa.
Saludos.
MAGY,Has vuelto, me alegro. Sí, a mi me ha pasado años atrás cuando no tenía internet de sufrir un poco por no poder subir mis posts a mi blog (en otro blog anterior).
Me alegro que estés de nuevo en este mundo.
La ceguera comienza con el acostumbramiento. El famoso acostumbramiento nos vuelve inertes y nos genera anticuerpos ante quienes nos aman con ganas. CUando comenzamos a perderlos porque se cansan y se van entonces nos damos cuenta lo tonto que hemos sido.
Como le decía a LUCY en el comentario anterior, invisiblemente creo que la vida es justa.
Saludos.
CECY,La imagen de ir con la cabeza apoyada en el vidrio engloba muchas cosas para un individuo y muchas imagenes superpuestas para el lector. A mí como escritor me encanta usar ese tipo de imágenes porque hablan de soledad y profundo sentir, todo mezclado. TIenen mucho poder.
Gracias.
Saludos.
LEXI,Tus escritos son interesantes. Estan cargados de tenor sexual vistos desde una óptica femenina, eso los hace interesante a la hora de ser leído por un hombre. Además le llevás cierta trama a modo de relato urbano y eso me gusta.
Pasá cuando quieras y leé todo lo que quieras.
Saludos.
AI,Me alegro mucho que te haya gustado esta historia.
Bienvenida a mi blog, ante todo.
Y coincido totalmente que hay hechos que cambian el rumbo de una vida. En realidad las casualidades no existen, todo tiene un porqué en esta vida y gracias a ello consecuencias directas que nos enseñan a vivir a diario.
Saludos.
GUADA,En realidad la chica, el personaje femenino, lo que quizo hacer al decirle que disparáse a la luna fue un chiste sobre como salir de aquel paréntesis en el cual el personaje masculino se había sumergido tras haber presenciado la finalización de la fantasía con su mujer deseada, ¿entendes?
No tiene nada que ver con la luna en sí, más allá que muchas veces a la luna se le machaquen mil cosas y al sol se le atribuya de por sí la tibieza con sonrisas.
Tú defensa indeclinable a la luna es bien recibida de este lado =)
Me alegro que te gusten mis escritos y que te hagan pasar un rato distendida y al menos esbozar una sonrisa si andás media bajón.
Saludos.
Broder, muy largas son tus historias y la verdad es que no amerita para tanto, aunque no lo haces nada mal pero igual es mucho. Suerte.
ResponderEliminar"muchas veces nos enfrascamos en fantasías que se vuelven terriblemente utópicas"
ResponderEliminarQue levante la mano aquel que ose decir que no le ha pasado...
Yo en mi caso de amores platónicos e incompletos he tenido por montones. Será por eso tal vez que tu cuento me "llega" y me sabe a dulce al dejar la esperanza latente a través de tan bella metáfora.
Me agrada los elementos que has conjugado, en especial la presencia de esa luna que luego se desangra y la aparición de ese tercer (o cuarto? ) personaje llegado como una brisa fresca a ayudar a nuestro protagonista con sus lamentos.
Bello
¿que mas puedo decir?
A claro, como olvidarlo
Lo más probable es que ya te hayas ganado otra lectora asidua.
La próxima vez que vaya en el autobús y mire a las caras de los pasajeros pensaré en tu historia. Los miraré a los ojos buscando esa mirada asesina. Tantas personas como posibles historias, verdad? Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
te paso lo de agujerear a la luna pero sólo como licencia artística-literaria... que ya es suficiente condena verla aparecer y desaparecer cada mes como para saber, además, que también podría perderla de un balazo.
ResponderEliminarpor cierto, ya sé que no viene a cuento pero, es que, te pareces enfermizamente a un vecino pesado que tengo... gajes de la comunidad!!!
BASURERO USUREROBrother, como dice un amigo mío que es cubano jajaja, me hiciste recordar a él con tú saludo. Bien, me gustó tú comentario. Eso es lo que hace a los blogs un punto literario casi único.
ResponderEliminarMis historias las sentía cortas, es más las sigo sintiendo así y por eso las escribo más largas y las divido en tres o cuatro entradas. ¿Porqué? porque quiero darles cuerpo, porque soy escritor y eso me nace, escribo primero por mí, luego por mis lectores y finalmente por darme el gusto. Y es que coincido con vos cuando me pasa lo mismo y voy a un blog y veo un post kilométrico, por eso intento subdividirlo.
Y bueno, se hace lo que se puede, ¿no?
Gracias por comentar y bienvenido a mi blog.
Saludos.
VALERIA:A todos les ha pasado y creo que lo dije en una respuesta anterior, creo.
Es que es inevitable no volvernos un tanto utópicos cuando insistimos en algo plagado de fantasía.
Me gustó que te dieras cuenta del personaje que entra y sale, que es la chica estudiante, para darle un empujón al protagonista a que optimice sus pensamientos.
Bienvenida a mi blog y pasa cuando quieras a leer, siempre habrá algún que otro texto por aquí.
Saludos.
LISAsí es, tantas personas como posibles historias. Pero es que en realidad son muchas las historias que cada uno de nosotros pueden vivir en su vida.
ResponderEliminarMe encanta escribir historias urbanas, ¿se nota? jajaja
Gracias por pasar y comentar.
Saludos.
TARAGracias por dejarme pasar lo de la luna jajaja.
ResponderEliminarCon respecto a lo del vecino enfermizo pasaré por tú blog y leeré el post sobre los vecinos superhéroes a ver a cual me parezco jajaja.
Saludos.
simplemente magistral. por un momento me escape a ese colectivo, a esa complicidad dual, a ese disparo asesino :) un saludo
ResponderEliminarcosasimpropiasGracias y me alegro mucho que el comienzo de esta historia haya gustado como muestran los comentarios.
ResponderEliminarCuando escribo también me fugo y creo que veo lo mismo que ven ustedes cuando leen.
Saludos.