jueves, 28 de mayo de 2009

los puentes en el cielo



No recuerdo en qué momento nació aquella rutina de sentarme a contemplar el cielo nocturno cuando mi interior me susurraba y me lo reclamaba. Supongo que no reparé en la fecha porque fue algo espontáneo y porque era algo que cada vez que se daba me conectaba con mi interior. Conectividad pura, creo que así podría llamarle. En la sucesión de veces que aquello se produjo durante casi toda mi vida fue que lo conocí. Se apareció una noche mientras yo estaba sentado en la mesa de cemento del patio. Solía sentarme sobre la mesa, era el lugar exacto para poder abstraerme. Me gustaba mucho aquel ritual.

Esa noche sentí una sensación de estar acompañado y al voltear divisé un bulto a mi lado, en medio de la espesa oscuridad.

- No te asustes -me dijo en voz baja.

- ¿Quién eres? -pregunté asustado.

- Nadie. O mejor dicho, sí, soy alguien, pero ¿acaso importa en este momento? Creo que me gusta lo mismo que a vos, mirar las estrellas y abstraerme. Por eso estoy acá. No te asustes por favor -volvió a implorarme.

Intentando mirar a unos ojos que no podía divisar pensé por un segundo que no tenía importancia quien era aquella persona sentada a mi lado, tenía cosas mucho más importantes que encargarme de otro asunto más que complicara mi existencia. Seguí contemplando el cielo. La cruz del sur titilaba con sus cuatro estrellas como si fuesen diamantes recién pulidos. Tal vez el frío de la noche los hace brillar así, pensé. Observé por un largo rato cada estrella olvidándome de quien se había aparecido a mi lado.

- ¿Cuál estrella te gusta más? -me preguntó aquella persona volviéndome a la realidad.

- No lo sé, creo que todas. No tengo ninguna predilección por alguna, al contrario, las considero bellas a todas. Cada una emite una luz con distinta intensidad. Es como si con su luz intentaran dialogar conmigo, así lo siento cada vez que me siento aquí a contemplarlas. Me gusta pensar que ellas me dicen cosas, que me cuentan como es estar allá en el universo y yo les cuento a ellas como es mi propio universo.

- Me gusta lo que piensas. A mí también me gustaría pensar que las estrellas me hablan.

- Oye, no se lo digas a nadie, ¿ok?, pues creerán que estoy loco o que tú estás loco, ¿sí? -le sentencié con voz altiva.

- No te preocupes. Además, no conozco a nadie, tan solo a ti.

Entonces intenté mirarle a los ojos. No pude verlos, pero sí seguí percibiendo su presencia a mi lado.

- ¿Quién eres? -volví a preguntarle.

- Nadie. O tal vez sí soy alguien. Me parezco mucho a ti, sí, eso, soy muy parecido a ti.

Entonces un satélite diminuto se vio surcando el firmamento entre las estrellas. Al verlo una tremenda angustia me arrugó el pecho.

- ¡Mira! -exclamé- ¡Mira!, ¡un satélite! -le dije mientras señalaba el punto de luz movedizo en el cielo.

- Sí, es hermoso, ¿no lo crees?

- Ufff, claro. A veces cuando veo un satélite rondando el vasto cielo nocturno siento mucha tristeza. Me imagino que dentro de él voy yo contemplando todo desde arriba pero sin poder hacer ninguna intervención, tan solo limitándome a mirar. Entonces me desespero. Grito, lloro, me angustio, me cargo de impotencia y nadie se entera de ello.

- A mí también suele pasarme de imaginar cosas así. No siempre, pero suele pasarme.

- ¿En serio lo dices? -le pregunté algo aturdido-

- ¡Claro!, ya te dije que soy muy parecido a ti.

Nada pude responder a eso. ¿Porqué yo debía ser único?, ¿acaso estaba escrito que no podría existir otro ser humano parecido a mí, que pensara parecido y que tuviera las mismas fantasías y anhelos?, no, sí que podía existir.

- Yo en cambio a veces me imagino cruzar un puente. Uno que está ahí, en el cielo. Cuando lo cruzo todo lo malo desaparece. Entonces lo uso como un escape. Cada momento que la vida me oprime hasta casi asfixiarme me pongo a contemplar el cielo nocturno y a buscar el puente. Lo hago durante horas, hasta que aparece delante de mi visión y es ahí que me lanzo en una carrera rápida y loca a cruzarlo. Cuando lo cruzo me paro en el otro extremo y logro ver las penas que me aquejaban tiradas en el suelo, justo delante de mí pero del otro lado, en el otro extremo del puente. Yacen inertes, opacas y olvidadas. Entonces me sonrío y vuelvo a ser yo una vez más, pero un "yo" mucho más liviano y puro. -me confesó.

- Debe ser increíble cruzar tú puente, al pensarlo se siente parecido a estar dentro de mi satélite. -dije sin intentar mirarlo.

- Algo así, tienes razón.

Seguí contemplando las estrellas y no perdiendo de vista al satélite. Se movía lentamente, casi arrastrándose entre las estrellas. Era de madrugada y un viento fresco comenzó a mover las hojas del álamo que estaba a un costado del patio. Cerré los ojos y tomé aire puro, se sentía espléndido. Cargué mis pulmones a su máxima capacidad y me imaginé dentro del satélite. Abajo, la Tierra, con seis billones de personas menos yo. Todos viviendo sus vidas, ignorándome a mí. El satélite se sentía frío y hermético y en su interior el tiempo parecía no avanzar. Eso me hizo sentir extraño y volví en mí.

- ¿Tienes frío? -pregunté a la persona que estaba a mi lado. Pero no me contestó.

Extrañamente sentí la sensación nuevamente de estar en soledad. Volví a intentar hablar con la persona que se encontraba a mi lado pero fue en vano, ya no estaba, se había ido. No supe nunca en que momento se fue de mi lado, ni quien era. Pensé que tal vez había decidido cruzar el puente del que tanto hablaba. Tal vez desde mi satélite lo podría llegar a ver algún día.


Las luces de los automóviles parecían luciérnagas en la noche. Pasaban por el puente como automóviles de carreras. Después de tanto deambular en busca de comida decidimos tirarnos sobre el pasto debajo del puente a ver las estrellas. El puente me hizo recordar a aquella persona invisible que años atrás me había acompañado por la noche a mirar las estrellas. Me pregunté dónde andaría, qué sería de su vida. No encontré respuesta alguna. Sumido en recuerdos y pensamientos me entredormí hasta que sentí el tirón de mi brazo. Era un policía, y eran los guardias del sanatorio.

- Debes volver, ya es suficiente -me dijeron con cierto aire parco y de enojo.

Me resistí. Pataleé. Grité, mordí, me babeé, pero todo aquello no sirvió de nada. Una inyección en mi pierna se sintió como fuego y me arrojó nuevamente dentro del satélite. Ahora se veía a la Tierra como la recordaba. Nadie podía verme, solo yo a ellos detrás de la escotilla. Una luz azul brillante envolvía la vida de todos en el planeta y yo seguía mi vigilia en el oscuro cosmos.

- ¿Me has extrañado? -me preguntó una voz conocida que provenía de mis espaldas.

Volteé asustado. En el satélite tan solo debería estar yo y nadie más. Pero no estaba solo, aquella persona desconocida estaba detrás de mí. Agucé mi visión y tras cruzar de frente al sol la reconocí. Era mi sombra que estaba sentada, cabizbaja y llena de pena detrás de mí.

- No he podido encontrar mi puente, -dijo con voz llorosa- por eso decidí seguirte hasta tú satélite y mirar juntos las estrellas. ¿Me ayudas a encontrarlo?

Entonces sin miedo asentí y le respondí con una muda inclinación.
Ya no estaba solo, ahora eramos dos buscando puentes en el cielo desde un satélite.




Safe Creative #0905283736724

21 comentarios:

  1. Esta vez me conmoví, me hizo sentir de una manera distinta tus palabras.
    Yo soy así, yo voy mirando al horizonte, al cielo... voy cruzando insospechados puentes, y encontrandome con anónimas gentes. Me identifiqué con la sombra.
    Es un cuento maravilloso.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Mirar la noche estrellada siempre ha sido mi delirio. He visto como 500 estrellas fugaces y pedido como 1000 deseos a estas [ya sé, el doble solo por si las dudas]. A veces es necesario escapar a ese nuestro sitio particular y ver más allá de lo que comunmente hacemos. Pero creo que siempre es necesario el retorno para enfrentar y resolver lo que tenemos aquí.
    El puente siempre tendrá dos caminos: el de ida y el de vuelta.
    Besito

    ResponderEliminar
  3. Nas!!

    No creo que haya quienes no se sientan indentificados con tu relato al menos un poco. Todos vivimos buscando nuestro puente, a veces solos, y a veces no tanto.

    Yo procuro no ver demasiado hacia el cielo nocturno, plagado de estrellas, por miedo a encontrar mi puente y no poder alcanzarlo...

    Creo que me quedaré cual la sombra.

    En fin, como ya es costumbre, un excelente relato. No tengo ningúna crítica que añadir.

    Nos estamos leyendo, hasta entonces...

    ResponderEliminar
  4. Ya sé que venir a este sitio significa encontrar una buena historia.
    Quién no miró alguna vez las estrellas? Quién alguna vez no buscó un puente salvador?
    El final es inesperado y sorprendente.
    Me gustó muchísimo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. En una época de mi vida, mi preferencia era mirar todo desde afuera, estar sola viendo lo demás...
    Hoy en día me encuentro cruzando el puente, deseando q el otro extremo sea mas fascinante. Esperando q me sorprenda...
    Porque será que me identifico con tus relatos????
    Como siempre... APOTEÓTICO!!!!

    Besotes!!!!

    ResponderEliminar
  6. Amiiiiiiiiigoooooooooo, ay que lindo, me gustó, me gustó que pudieran encontra puentes en el cielo, más allà, eso es hermoso porque entyonces iban en el mismo camino y si decicen cruzar el puente juntos será mejor y más hermoso aún.

    La música que tenés hizo contraste y tuve que quitarla para poder leer.
    je je je

    Un fuerte abrazo cariño, cuidate mucho, besitos.

    ResponderEliminar
  7. Me llamó muchísimo la atención la imágen que llevas en tu perfil, es una especie de rostro y máscara a la vez. Me llenó de curiosidad.
    Tambien me resulta curioso el hecho de que elijas el 5 para los comentarios.
    Saludos...

    ResponderEliminar
  8. Esta bueno este cuento, me hizo acordar al cuento de borges "el otro"

    Uno nunca sabe lo que se va a encontrar a la vuelta de la esquina. eso seguro.

    Saludos, buen blog

    Petra

    ResponderEliminar
  9. @SO:

    Gracias, me alegro que te haya gustado. Creo que este cuento tiene algo de mi personalidad, en realidad de casi todas las personalidades, pues no creo que haya alguna persona que no sienta deseos de mirar al cielo en busca de "algo más" alguna vez.


    @ALEJANDRA:

    Jajaja el doble de deseos está bien, aunque creo que te quedaste corta porque podrías haber pedido millones, ¿no te parece?

    Pienso, esto lo diré en voz alta, que uno intenta escapar muchas veces queriendo volver a los momentos mágicos de la niñez. Como le respondí a SO en el comentario anterior yo particularmente no creo que exista una persona que no tienda a dejar escapar sus pensamientos mientras mira al cielo y su vista se vuelva roma.

    EL puente tiene dos extremos, tal cual es un puente, pero supongo que depende el momento que estemos atravesando en nuestra vida personal será la decisión tomada.


    @KYARA:

    Pequeña escritora, ¿cómo le va?
    Coincido, el feedback de éste relato es una identificación masiva. Y es cierto que todos vivimos buscando nuestro puente y muchas veces se lo ve y se titubea también.

    Tus miedos son reales Kyara, muy reales. Yo creo que añoro el puente, pero por estos días lo he visto pero sigo viajando en mi satélite y muy solitariamente.

    Gracias por tus palabras y me alegro te haya gustado el relato.


    @RO:

    Un placer que pases por mi blog. Sos una muy buena escritora y te agradezco tus palabras para conmigo, yo intento ser cada día mejor escritor y en el mundo de la escritura es algo que no se sabe nunca cuando llega uno a serlo.

    El final es inesperado, sí, me gustan las vueltas de rosca.

    Gracias.


    @GUADALUPE:


    Como he dicho en las respuestas anteriores a los comentarios creo que depende el momento en que uno se encuentra en su propia vida es cuando toma las decisiones de cruzar o buscar el puente o bien viajar dentro del satélite.

    Supongo que la identificación con los relatos proviene de que son historias cargadas de urbanismo, de cosas diarias, de gentes comunes, nada rebuscado y que tal vez porque somos contemporáneos. Tengo 37 años, no soy un viejo ni un cincuentón, al contrario, estoy en ese borde que se acerca a los 40 años y aún siente murmullos de los 20 y peticiones de los 40.

    =)


    @NATALIA:

    Hola amiga.
    Jajaja, ¿te jodió la música para la lectura? sí, es algo que me jode a mí también, creo que de ahora en más no le pondré el autoplay sino que cada uno lo active cuando quiera.

    Es un relato fantástico que me gusta escribir cada tanto. Esa rama de la narrativa me sale cuando ando medio "loquito" yo mismo conmigo mismo, ¿se entiende?

    ResponderEliminar
  10. @ELASTICA MADRUGADA:

    Bienvenida a mi blog.

    Ante todo quiero decirte que el nickname me llamó la atención apenas vi tú comentario. Mis madrugadas siempre han sido elásticas, es más, son los momentos en los que suelo escribir con mayor ahínco. Copa de vino en mano, monitor con un archivo de Word en blanco y cada personaje saliendo y colocándose en el lugar que le corresponde.

    La imágen que lleva mi perfil es una máscara, sí. Antes no usaba máscaras, usaba mi verdadero rostro, en otros blogs que he tenido. Pero como hay cosas que en la internet es mejor no mostrar he decidido que con éste proyecto de blog todo sea de manera anónima, con pseudónimo, con máscara. Después de todo es un blog de letras, de palabras, y el rostro del escritor no tiene sentido, tal vez sí mi nombre. Eso sí extraño, mi nombre al final de cada texto, pero es mejor asi, creeme.

    ¿El 5 para los comentarios?, no, creo que te referís al símbolo de arroba "@" que antepongo a cada nombre, es algo que me gustó de un blog noruego que leí una vez y que su propietaria usaba para responder a sus lectores.

    Por tú comentario parecés una persona curiosa y la curiosidad no mata al hombre.


    @UNMASKED:

    No sé si leí ese cuento de Borges. En realidad Borges no me gusta en absoluto, nunca me gustó, al contrario considero que es un escritor aburrido.

    Uno nunca sabe lo que puede encontrarse a la vuelta de la esquina pero sí puede estar atento y ya no fiarse tanto he ir con más tacto así si se impacta el efecto de la colisión no es tan doloroso y se puede reponer con mayor rapidez.

    Gracias, me alegro que guste mi blog.




    @@@@@@@@@
    A todos mis lectores gracias por sus comentarios y sus palabras.

    A los lectores que no comentan y me siguen por los distintos lectores de feed (y que son muchos lectores por lo que me acusa mi estadística de feed) quiero también agradecerles el tiempo que se toman en la lectura de mis textos.

    A todos, mis saludos.

    ResponderEliminar
  11. Que hermoso texto! Me encanto! Muy bello... conmovedor

    ResponderEliminar
  12. Buenos días, nuevamente pasando por aquí.
    Gracias por tu comentario, muy lindo por cierto. La chica de la foto no soy yo, es una amiga que hizo un viaje conmigo, "el omnibus se ha ido el amor se ha vencido" corresponde a una canción de charly, y esa frase me identificó por completo.
    Los viajes son gratificantes, nos llenan de buenas energias, sucede que cuando son fugas geográficas desencadenan sentimientos de profunda tristeza. Quizá sea un modo de abrir los ojos y asimilar aquello que se ha vencido, cuando hay que dejarlo ir, y ya no dar mas vueltas sobre lo mismo.
    Gracias por responder a mis preguntas curiosas, en verdad no me gustan mucho las máscaras, igual me pasa eso con aquellas de carne y hueso, quizá entiendas que quiero decir.
    Me parece bien que quieras preservar tu identidad.
    Que estes bien.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  13. @CARLA:

    Bienvenida a mi blog.

    Qué bueno que el relato te haya gustado. No a todo el mundo le gusta leer de todo pero por lo general recibo buenas críticas de mis lectores.

    Este texto me ha gustado a mí también, principalmente porque tiene pinceladas de cosas que suelo hacer.

    Pasá cuando quieras por aquí a leer.

    Saludos.


    @ELASTICA MADRUGADA:

    No conocía la frase, ha decir verdad la música cuando la escucho lo hago en conjunto y como soy poco memorioso nunca pongo mucho énfasis en recordar las letras salvo algúne estribillo pegadizo.

    Cuando realizo un viaje y estoy en el lugar destino suelo pensar "ya llegué, estoy acá, estabas esperándome, ya llegué", así suelo decir murmurando y hablándole al lugar, porque soy un convencido que nuestro destino está escrito.

    Lo que se vence debe dejarse ir, pero no por haberlo dejado ir debe de ser malo o guardarse rencores si fue algo lindo, ¿se me entiende?

    Preservo mi identidad, lo haré hasta la mañana que abra los ojos en la cama y me diga "listo, de ahora en más soy..." jajaja, sé que eso pasará.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  14. Ojalá pudiese creer que nuestro destino está escrito, en verdad tengo muchas teorias sobre muchas cosas pero es difícil creer, no te parece?
    Tambien creo que no se debe guardar rencor, eso sólo crea resentimiento en uno mismo, pero sucede que se puede perdonar pero no olvidar.
    Preserve su identidad entonces! Cada día se irá alimentando mi curiosidad.

    ResponderEliminar
  15. @ELASTICA MADRUGADA:

    El tema del destino ha sido tan cambiante en mi manera de verlo y analizarlo que hay días que lo veo de una forma y otros de otra manera.

    Tarde o temprano llegará el día de mostrar mi fotografía, mi nombre y todos verán a un tipo vulgar, común y corriente, como tantos que transitan la calle. Solo que éste escribe.

    Saludos y gracias por pasar.

    ResponderEliminar
  16. He disfrutado con el relato, en esencia me parece muy positivo.
    Hay sombras con más pena que el individuo al que acompañan y puentes que solo arden; no es así en este caso.

    Tratas con gran belleza los límites de la locura y la cordura.

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  17. @MORGENROT:

    Hola mujer no bronceada jajaja ¿qué tal? (es un chiste, lo digo por tú post)

    Me gustó esa frase que pusiste en el comentario en donde me decís que trato con belleza los límites de la locura y la cordura. A decir verdad nunca nadie me dijo eso y cuando lo leí y lo pensé me di cuenta que es verdad, no por lo del tratamiento bello, sino que mis escritos oscilan de esa manera de lo loco a lo cuerdo y del drama a lo eufórico. Un buen punto analítico el que viste MORGENROT.

    Gracias por pasar.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  18. No se como explicarlo!!
    Pero me he sentido muy conmovida al leerte!!
    Me ha parecido una historia intensa hermosa.. única.. fantasiosa.. si..
    que llega al alma..
    el final impactante no me lo esperaba..
    me ha encantado..

    Que tengas un buen miercoles.
    abrazos.

    ResponderEliminar
  19. @PIERINA:

    Un gusto tenerte por mi blog nuevamente señorita lectora.
    Gracias por los elogios y me alegro que mi texto te haya gustado. Ha sido una linda historia, sí, me gustó. Soy bastante crítico de mis escritos y cuando algo me gusta lo digo y sino también.

    Buen miércoles para vos también.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  20. Me encantò, sencillamente eso...
    me gusta mucho como narras, el misterio, la fantasia y sobre todo sentir tan latente a esa necesidad que a veces tenemos y que es tan buena de escaparnos un poco, de soñar un rato, de contemplar esas pequeñas pero grandes cosas...
    Creo que es mi primera vez por aca, seguì la huella que dejaste en Malegria y vine a visitarte, muy linda pero muy linda tu casa,

    un beso, despues vuelvo.. a seguir leyendo...

    Besos,

    Vero.

    ResponderEliminar
  21. @VERONICA:

    Bienvenida a mi blog.

    Este es un blog de historias y de pura narrativa que escribo porque tan solo me gusta y es una gran vocación.

    Me da gusto tenerte como lectora así que pasá cuando quieras.

    Beso.

    ResponderEliminar