sábado, 30 de mayo de 2009

Los balcones de Murcia (1)




A Sonia, una gran lectora...

1.

Hay siempre algo fantástico en cualquier historia por más simple y vulgar que parezca. A ojos de muchos puede parecer una historia burda pero a ojos de un puñado puede convertirse en una historia fantástica o llegar a ser, tal vez, la mejor historia que han conocido en su vida. Tal vez esta sea una de ellas, una historia simple pero fantástica, y por sobre todo cargada de vulgaridad.

Yo tenía 37 años, ella 22.

Obviaré los detalles de cómo nos conocimos o cómo fue dándose todo el embrollo que nos llevó a conocernos y a percibirnos el uno con el otro, porque a decir verdad carece de interés en el relato. Sí rescataré lo que comenzó a pasar en la primavera de 2009 cuando por esas cosas de la vida ambos terminamos siendo vecinos y construyendo una historia que nunca olvidaré.

Ella tenía pelo lacio, ojos pícaros y una sonrisa que nunca pasaría imperceptible. Al menos para mí jamás pasaría. Es que desde que la había conocido, hacia un par de años atrás, siempre me había parecido una jovencita sumamente atractiva y con cierto aire interesante. Las mujeres siempre me han gustado así, sin importar la edad pues me da lo mismo salir con una que apenas raye los dieciocho que con una que pasó los cincuenta. En realidad la mujer para mí tiene que tener esa contaminación del “no sé qué”, que no es más ni menos que el don de ser distinta a cualquier otra. Pues bien, aquella muchacha lo tuvo desde el primer momento que la conocí y aquella primavera podía percibirlo más directamente puesto que se había convertido en mi flamante vecina.

Por aquel año yo alquilaba un pequeño departamento en Murcia en un viejo edificio a punto de derrumbarse. No era lo ideal vivir en aquel lugar pero era lo que mi sueldo de profesor universitario me permitía por aquellos días. Ella vivía en el edificio de enfrente. Era un bello edificio, nuevo, con hermosos balcones exquisitamente diseñados que hacían abrir la boca a quien los mirase, y enormes ventanales que le daban un aire moderno y minimalista a la vez. Se podría decir que ella encajaba perfectamente con aquel sitio.

Una mañana de sábado me choqué con ella de frente al volver del mercado. Hacía tiempo no la veía y aquel día como por arte de magia la chica que tanto despertaba sensaciones dentro de mí estaba con un manojo de bolsas con mercadería colgando delante de mí.

- Hola, ¡qué sorpresa! –dijo sonriente y contemplándome como tan solo ella puede hacerlo.

- Ufff ¡vaya si sorpresa!, ¡¿pero qué haces tú por mi barrio, niña?! –pregunté asombrado.

- ¿Tú barrio?, ¿vives aquí también?, yo vivo en este edificio –dijo señalándome el edificio moderno.
Pues me quedé atónito y sin saber qué decir. Yo vivía enfrente y nunca le había visto y eso no me lo podía perdonar.

- Pues ¡qué bien!, yo vivo en ese edificio, en ese que está todo corroído y que parece que en cualquier momento se desploma.

- ¡Woowww! ¡somos vecinos! –exclamo sonriente.

- Así es y la verdad que es una grata sorpresa

- Ya lo creo. Bueno, mira, debo subir, es que he ido a hacer las compras y aún me quedan cosas por diseñar. Es que estoy trabajando en un proyecto nuevo, en una casa de campo de unos hacendados millonarios y me han encargado que se las remodele y hay mucho dinero en juego. Tú me entiendes ¿verdad?, sino con gusto te invitaría a pasar.

- Claro, claro. Ve, no te preocupes. Lo mismo ha sido un placer encontrarte.
Nos saludamos y cada uno tomo su rumbo.

Después de aquel día no volví a cruzármela por la calle. Había días que al volver de mi trabajo me tomaba un tiempo para subir a mi departamento y leía el diario de parado en contra de la pared de entrada o tan solo observaba a la gente caminar en la vereda a la espera que ella apareciese pero sin embargo ella nunca se apareció. Eres un tonto si esperas volver a verla de esta manera, me dije para mis adentros. Así que decidí olvidarme del asunto y concentrarme en mi vida.

Una mañana al levantarme me desperecé frente a la ventana y sin pensarlo me encontré a ella en su balcón regando las plantas. Mis ojos, aún hinchados por el sueño, no podían creer lo que veían. Sí, ahí estaba ella, la muchacha que más me atraía y gustaba en el mundo. Me vestí rápidamente y abrí la puerta que daba al balcón y salí. Me apoyé en la baranda y le grité.

- Hola, ¿cómo estás? –grité fuerte mientras balanceaba mi mano derecha en un movimiento oscilante de izquierda a derecha.

Pero nada, ella seguía con las plantas y me ignoraba. Agucé un poco mi vista y observé que llevaba puesto su ipod y entonces suspiré. Aquello me trajo alivio. Ella no me ignoraba, tan solo no me escuchaba.
Otro día la volví a ver por casualidad. Fue un sábado por la noche. Yo había invitado un par de amigos a tomar unas copas y se había armado una pequeña reunión en mi departamento. Uno de ellos salió al balcón y al rato me llamó.

- Oye amigo, ¿quién es aquella belleza que vive en aquel departamento vecino?

–me dijo con cara de depravado, cosa que me molestó y sacó de quicio.

- No lo sé, es solo una vecina. Ven, vamos, deja de ser libidinoso con mis vecinas –dije con tono firme y enojoso.

- Ok, no te enojes, amigo.

Y así mi amigo entró y yo me quedé un rato en el balcón fumando un cigarrillo y viendo como ella acariciaba el lomo de un gato de pelaje dorado que mantenía sobre su falda. Era inevitable que la piel se me erizara cada vez que la veía. Durante tanto tiempo aquella mujer había participado en mis sueños y anhelos que ahora que la tenía tan cercana a mí parecía que distáramos a millones de años luz el uno del otro. Eso me entristecía y me sentía como dentro de una prisión en donde el carcelero tenía la llave y se había marchado bien lejos y ello no me permitía cruzar la puerta para ser libre de verdad.

Me sentía solo, terriblemente solo.

Se hizo costumbre espiarnos. Alguna que otra vez la descubrí observándome desde su balcón o ventana, pero cuando eso sucedía ella inmediatamente miraba hacia otro sitio y se hacía la desentendida. Pensé que me histeriqueaba, pensé que la brecha de edad que nos separaba hacía que mirásemos el mundo a través de distintas ventanas imaginarias. Su balcón era bellísimo. Poseía macetas de distintos tamaños y formas y una hilera de hermosas margaritas estaban dispuestas al frente y unas coloridas gerberas complementaban los costados. Sin lugar a dudas la atención que ella les ponía hacía que las plantas estuviesen tan bellas. Simbiosis, creo que esa sería la palabra exacta para describir aquella comunión entre ella y sus plantas de flores.
Entre aquellos momentos que nos sorprendíamos espiándonos hubo uno que recuerdo marcado a fuego. Yo hacía varios meses me había separado de mi última novia y desde aquel entonces no la había vuelto a ver. Una tarde de jueves esta me visitó con el pretexto de buscar unos viejos vinilos suyos que aún estaban en mi departamento. La hice pasar, tomamos café y mientras charlábamos puse uno de los discos en el equipo de audio. Casi sin rodeos el sexo llegó. No sé porqué las ex parejas tienden a comunicarse mediante el sexo después que pasa un tiempo y se vuelven a ver, pero la cuestión que con nosotros aquello también se cumplió, ¡y de qué manera! Nos desnudamos en el living del departamento sin tener pudor ni percatarnos de que los ventanales estaban abiertos. Mi ex novia disfrutaba mucho del sexo así que me dejé llevar y lo hicimos varias veces sobre el sofá, el piso, la mesa y en contra de la biblioteca y las paredes. Quedamos exhaustos. Ya anochecía cuando me incorporé y me comencé a vestir parado frente al sofá. Entonces la vi. Estaba sentada sobre su futón mirándome directamente a los ojos. Detrás de mí yacía mi ex novia desnuda y semidormida. Yo, con mi camisa abierta, mis pantalones por el piso y mi pene al aire. Sentí por primera vez vergüenza de mi desnudez y unas ganas terribles de que las cortinas bajasen de repente para que ella no pudiese contemplar aquel cuadro. Pero no podía, los dados ya estaban echados y la suerte aparentemente también.

Después del día de mi patética desnudez las ventanas de su departamento mostraban orgullosamente unas flamantes cortinas color crudo que dividían el interior del exterior, la vida interna de la vida externa, a ella y a mí. Por aquellos días sentía una culpa horrible dentro de mí. Me pesaba el alma. Si bien nunca me había animado a decirle lo que yo sentía por ella, yo mismo me auto juzgaba de una manera cruel por lo que había pasado con mi ex novia y lo que mi vecina había podido ver. ¿Qué me pasa? –Me preguntaba- ¿porqué me siento así si jamás me atreví a decirle nada de lo que siento por ella? Muchas preguntas me venían a la mente y todas me generaban un desasosiego que casi era inevitable.

Al tiempo decidí ponerle fin a aquella manera de sentirme y tomando coraje crucé la calle, entré a su edificio y pedí amablemente al portero el número del departamento de ella. El portero era un conocido mío, solíamos jugar a las cartas en el bar del vecindario y no dudó en decirme el número de su departamento y permitirme entrar al edificio. Previamente había comprado un libro de poemas de Mario Benedetti y lo había envuelto en un papel de regalo y colocado un moño blanco bastante apagado. Había adosado una tarjeta al libro que decía: “no creas todo lo que ves” y no la había firmado. Pensé que el anonimato sería entendido por ella si realmente estaba pensando en mí. No sé que me llevó a pensar semejante cosa pero en definitiva subí escaleras arriba, deposité el libro delante de la puerta de su departamento y me marché. Los días pasaron y no tuve noticias de ella ni tampoco la veía por el vecindario. Preguntaba al portero por ella y éste me decía que había noches que no venía al edificio y otras que un muchacho en un Mercedes Benz último modelo la pasaba a buscar o la recogía al anochecer. Entonces me supe fuera de juego. Y decidí terminar con el asunto.

Esa noche me emborraché. Tomé una botella del mejor brandy que tenía en el departamento y me senté en la oscuridad de mi balcón a mirar el cielo. Oscuro y plagado de estrellas todo el firmamento parecía una túnica mortuoria que envolvía en silencio mi ser. Su departamento estaba a oscuras, no había señales de ella. Entonces la imaginé haciendo el amor con otro, deseándolo, besándolo, dejándose penetrar y gozando un sexo pleno y tal vez furtivo, todos aquellos pensamientos se apoderaron de mi mente. Bebí más brandy. Maldije y vociferé sin sentido durante un rato. Al poco tiempo me quedé en silencio. El alcohol me había mareado un poco y un viento fresco de madrugada había invadido el balcón y enfriado mi piel. Entonces vi una estrella fugaz en el cielo y tuve la intención de pedir un deseo. Sí, un deseo. Casi al momento de pedirlo recordé momentos de cuando era niño y viví una situación similar. Estábamos en el patio de nuestra casa, mi padre y yo, hamacándonos placenteramente en la hamaca que pendía de un viejo fresno. Mirábamos las estrellas como solíamos hacer por las noches de verano. Entonces una estrella fugaz pasó y mi padre la señaló con el dedo corazón. Me entró una emoción enorme al verla e inmediatamente miré a mi padre. Contemplé sus ojos negros mirando la estrella fugaz y sentí vida en aquella mirada. Increíblemente aquel momento quedó grabado dentro de mí ser.

- Pide un deseo hijo, hazlo ahora antes que la estrella desaparezca –me dijo mi padre.

Entonces sin quitar la vista de la estrella fugaz pedí un deseo. Apenas hubo desaparecido volví mi mirada a mi padre.

- ¿Qué tienen que ver los deseos con las estrellas, papá? –pregunté inocentemente. Y mi padre contemplándome con ojos llenos de amor tan solo se limitó a despeinarme y sonreír. Luego volvió a mirar hacia el cielo y así permanecimos en
silencio durante un largo rato.

Tapé la botella de brandy, me enderecé como pude y apoyándome en las paredes logré entrar en mi habitación y desmoronarme en la cama. Mi cabeza daba vueltas sin límites, saliva salía por mi boca y un terrible dolor aquejaba mi frente. Mi mirada quedó perdida en la claridad que entraba a través de las cortinas. Un aura blanca y pura parecía invadir la habitación en penumbra.

Entonces sentí sueño y me entregué.

Un llamado desconocido había pasado por mí, tal vez fuese mi interior que me avisaba que debía dar un paso más allá y atreverme a luchar por lo que realmente quería y deseaba.


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23 comentarios:

  1. Casualidad, magia, destino... o como se le quiera llamar... es claro que a los ojos de unos eso puede ser solo una historia cualquiera pero para otros, principalmente para los enamorados, eso puede ser obra de lo que llamamor amor...

    Como dice la canción: One love...

    Un beso amigo, espero que cada día estés mejor y mejor.
    Cuidate mucho, cuidate siempre,
    Un abrazo fuerte.

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  2. buenos vecinos ♥ algo mas q pedir prestada una tacita de azucar

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  3. Esta historia me atrapo, desde su primer palabra, hasta la última.
    Debo admitir que me sentí identificada con la edad de los protagonistas.

    Difícil la vergüenza que al hombre de esta historia le toca sentir.

    Espero la segunda parte.

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  4. @NATALIA:

    Amiga, gracias por tus palabras. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y a pesar de los miles de kilómetros que nos distancian siempre has sido una fiel lectora y una fiel amiga virtual para con el ser humano que hay detrás de este escritor.

    Este relato es uno de los extensos, uno de los que suelo no poner en mi blog porque excede, a mi modo de entender, la idea de texto en un blog, pero lo hice por el impulso de una historia que me hilvanaron en palabras e ideas y que me atreví a imaginar.

    One Love es una de mis canciones favoritas sin lugar a dudas y apenas terminé de escribir esta primera parte puse el DVD de U2 en Boston y el tema en donde Bono se lo canta a una mina y dije "sí, esta es la música para este post".

    Gracias por siempre estar.


    @COSASIMPROPIAS:

    Jajaja, sep, algo mucho más profundo que pedir una tacita de azúcar.

    También quiero agradecerte que siempre estés presente comentando. Sos una fiel lectora.


    @MAQUI:

    Ante todo me encantó que usaras un párrafo de mis escritos como comienzo de un post tuyo en tú propio blog. Me habías comentado algo y hoy cuando fuí y lo vi me sonreí. Es que el feedback de mis lectores es lo que me retroalimenta para seguir.

    La edad de los protagonistas de esta historia tiene fundamento y creo que hay muchas parejas que distan así de largo, ya sea para abajo o para arriba independientemente del sexo.

    Creo que la verguenza para el hombre es la misma que tal vez sentiría la mujer si fuera a la inversa, ¿o no?. No, tal vez no, debería pensarlo y reflexionarlo, tal vez no. Conozco muchas mujeres que salen con tipos mas jovenes y se llevan mucha edad y sin embargo están chochas.

    Hay segunda parte. Ya la escribiré, por lo pronto que por unos días disfruten de la primera.

    También gracias por ser partícipe de este blog.






    @@@@@@@@@@@@@@@
    Mis saludos a todos mis lectores.

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  5. Quién tuviera un balcón en Murcia y esa sonrisa pícara...
    O un vecino tan atento, y un espectáculo a la hora del riego...

    Sin duda, un relato espectacular. Y una afortunada a quien se lo dedicas. No todo el mundo recibe un regalo de tal calidad evocadora.

    Un abrazo

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  6. hola literato :)
    las historias que escribimos desde el corazón son la huella digital de nuestro ser.

    te lei completo, desde el inicio hasta el fin imaginando tus letras...

    hasta ahora, como tú, miro hacia el cielo esperando ver una estrella fugaz que cumpla mi gran deseo...

    saludos y gracias por compartirnos tus historias

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  7. Hermoso relato. Verdaderamente todo lo que escribís es pura ficción? o puede que vuelques un poco d tus experiencias vivídas?
    Me identifico mucho.
    A veces el vacío parece apoderarse por completo de uno mismo.

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  8. Si, ya me lo propuse. En un flash entre en razón, y no era todo lo que yo creia esa persona.
    La vida sigue!
    Gracias y saludos

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  9. @SO:

    Me supongo que deben de existir personas así. Hay personas que se miran, se gustan o se desean y jamás logran comunicarse. Es como un eterno jugar a las escondidas.

    Es un lindo relato, me ha gustado escribirlo.

    Se lo he dedicado a esta lectora porque ella misma es la que me ha guiado hacie el camino del relato en cierta charla que tuve con ella. El feedback de los lectores es una musa constante. Me gusta.

    Me alegro que te haya gustado.


    @M:

    Hola, bienvenida a mi blog.

    Probablemente sea como dices. Creo que todos los que tenemos la suerte de poder expresar nuestra imaginación con palabras dejamos bastante de nosotros en el papel.

    Quiero aclararte, como lo hago casi siempre, que me gusta escribir en primera persona pero no soy yo nunca el personaje en cuestión de la historia. Es fácil involucrarme con él pero no soy él en absoluto. Aunque siempre algo de tinta de escritor puede colarse en ciertas facetas de él.

    Saludos.



    @ELASTICA MADRUGADA:

    De nuevo por aquí, que bueno. Gracias, me alegro que guste.

    Todo lo que escribo es ficción. Como le dije antes a "M" suele pasar que los personajes queden un poquitín impregnados con algo del escritor como le pasa a todo escritor. También hay algo de eso de las experiencias vividas. Si te ponés a ver alguna que otra biografía de escritores ellos mismos para escribir novelas específicas que tienen planeadas hacen viajes a paises o lugares donde quieren ambientarlas para así hablar de ello. Una de las personas que hace algo por el estilo es Orhan Pamuk, el escritor turco, y otra Isabel Allende que se carga de información de lugares y costumbres antes de ambientar una novela.

    Por lo general escribo pensando en mis contemporáneos. Me encantan las historias de vida urbana, soy un hombre urbano, común y corriente. Hace poco alguien me conoció por la internet por una fotografía y me dijo, palabras textuales: "si hubiéramos ido sentados en el metro uno al lado del otro jamás hubiera sospechado que vos fueras Literato" y eso me dio gracia porque en realidad es así, la imaginación vuela. Creo que fue un acierto usar un seudónimo y una imágen de enmascarado, pero algún día pondré mi fotografía y parte del misterio se develará jajaja

    Saludos.


    @JOA:

    Me alegro. Esos flashes son necesarios porque nos muestran el camino a seguir.

    La vida sigue, así es.

    Saludos.

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  10. Todos somos personas comunes y corrientes.
    Y creo q todo escritor tiene muchas influencias.
    Me gusta muchísimo Hesse. A veces siento que su viaje interno es tan igual al mio.
    Saludos.

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  11. Ah... Gracias por pasar por mi viejo, pérdido y solitario espacio.
    Creo que ya te imagino.

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  12. @INDIANA:

    Leí "Narciso y Goldmundo" de Hesse y me encantó. No leí nada más de él pero me han recomendado "Lobo estepario" y "Sidartha", veré cuando me hago un tiempo, es que leo varias cosas a la vez y por tramos.

    Imaginación es elemento fundamental de la ficción.

    Saludos.

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  13. Para el amor no hay edad dicen por ahi. (creo que es el menor de los problemas)

    Buen relato y esperemos que tenga un buen final

    Saludos,

    P

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  14. me hipnotizó tu historia, literato... espero que la segunda parte venga pronto...

    por cierto, qué bonitas imágenes las de tu blog...

    bss

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  15. Es la primera vez que leo, y me encantó la historia.
    Saludos

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  16. @UNMASKED:

    Coincido, la diferencia de edad debe ser el problema más ínfimo, el más grande creo que somos nosotros mismos.

    Me alegro que te haya gustado, veremos como sigue.

    Saludos.



    @HEVA:

    Que bueno que te gustó el relato. A tú blog lo sigo desde hace años porque también me gusta mucho y en varias ocasiones cuando comentaba, claro, con mi propio nombre, te decía que lo que más me gusta de vos es el poder para decir mucho con pocas palabras.

    Esta semana seguramente escribiré la segunda parte, algo ya hay.

    Lo de las imágenes es así porque me gusta mucho la estética y el diseño gráfico. Por ahí me suelen decir que soy un tipo "muy visual" y tal vez tengan razón.

    Saludos.


    @LA SOLITARIA:

    Bienvenida a mi blog, solitaria.

    Qué bueno que te haya gustado la historia. Cuando quieras podés llegarte y leer lo que postee de turno.

    Saludos.

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  17. Literato:
    Es curioso como a primera vista se puede dar semejante atracción entre dos personas, a mi me encanta ponerme a imaginar las mil cosas que tienen que pasar para que un par se conozca. La vida y sus misterios. El toque de las estrellas fugaces me fascino. Quizás y solo quizás el se atreva a vencer sus miedos...
    Alecita

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  18. hey, sinceramente me pareció muy bien lograda la historia.. pero mas alla de eso.. me llamo la atencion el hecho de que la narrativa no solo es atrapante...sino que creo que muchas de las personas que lean esto van a encontrarse identificadas por alguna u otra cosa.. me parecio genial que, como escritor, logres algo que suena sencillo pero es muy complejo y es el reflejar....
    muchas gracias por pasar por mi blog...pasare seguido
    que andes bien

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  19. @ALEJANDRA:

    Más que mil creo que no alcanzan las estrellas del universo para que dos personas se conozcan. La vida y sus misterios, tal cual, vos lo has dicho.

    Hay siempre algo que suelo colar en mis relatos y es la luna, el sexo, las estrellas y las relaciones de pareja.

    Gracias por pasar, veremos que le pasa al personaje.

    Saludos =)


    @GABRIEL:

    Bienvenido a mi blog.

    Creo que la magia de la narrativa y las novelas en sí es eso mismo, el sentirse identificado en algún punto con los personajes de la historia o sus peripecias o los escenarios.

    Me gustó, desde siempre, escribir profundizando sobre la complejidad de las relaciones de pareja y por sobre todo de los estados de ánimo de las personas.

    Saludos.


    @INDIANA:

    Lo leí en tú blog, en los comentarios, así de simple. Si quieres te respondo como ELASTICA MADRUGADA, pero como leí tú nombre te llamé por él. No hay problemas, ¿ok?

    Saludos.

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  20. Pensándolo a fondo algo se tiene que notar.

    Si alguien conoce a Literato es porque tuvo alguna conexión con sus escritos y volvió. Y si tus palabras son capaces de conmover a través de la distancia. De cerca... creo yo, que al menos te percibiría.

    Un abrazo

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  21. @SO:

    Hay personas que me han conocido, sí.
    Tal vez eran otras épocas. Otros momentos, no los de hoy, los que vivo ahora.
    La internet es rica, es fabulosa. Te muestra rostros que la gente cree dibujar pero muchas veces, cuando las conocés de frente, no pueden seguir mintiendo o evadiendo su esencia y terminan siendo lo que son.

    No se trata de conocer, se trata de entender que hay gente que es "gente", que no jode, que se muestra tal cual es. ¿Cuál es la diferencia?, simple, el vivir con la conciencia tranquila y cada vez que se voltee y se mire hacia atrás saber que se hizo lo correcto.

    Siempre digo una frase: "quiero ser feliz" y a veces yo mismo no hice o hago feliz a alguien, entonces, cuando eso pasa, he aprendido a dar un paso al costado, a ponerme la máscara, a habitar los mundos justos y necesarios que permiten una introspección adecuada para luego salir y no volver a hacer infeliz a alguien. No es fácil, pero siempre hay que intentarlo.

    Saludos.

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  22. Parece atractiva la historia, seguiremos leyendo.

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